Estos últimos meses he visto un par de películas que demuestran que algo ha cambiado en la sociedad vasca. Una de ellas es Asier ETA biok, una película sobre la amistad entre el actor Aitor Merino y el militante de ETA Asier Aranguren.
Ambas películas tienen como fondo el problema político
vasco, pero esta vez el enfoque es diferente. Lo importante no es tanto la
ideología, sino las personas. Aunque pueda haber discrepancias o no tengamos
la misma opinión, lo que tenemos común prevalece ante las diferencias. Las
personas ante todo.
Pero hay que destacar que los espectadores de estas
proyecciones eran personas que no fueron a escuchar una nueva versión del
problema, sino que la mayoría iba a reafirmar la suya. Ese es el mayor reto que
veo para el futuro, reunir personas con diferentes puntos de vista que quieran
encontrar esas cosas que tenemos en común y así poder construir una sociedad
basada en el respeto.
No tenemos que esperar que otros lo hagan, no es algo que
dejar en manos de los políticos… está en nuestras manos. Nuestra es la palabra,
nuestras las decisiones. Volviendo a la primera frase, “algo ha cambiado” pero
queda mucho por hacer.
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