La Famiglia en Barcelona

Algunos miembros de La Famiglia volvimos a compartir momentos, esta vez en Barcelona. Y como siempre que nos juntamos, los parámetros espacio-tiempo desaparecieron; aunque esta vez fue más allá.

Primero vino el reencuentro, ponernos al día, y qué mejor manera de hacerlo que con un spritz en la mano. El spritz, se convirtió en mojito, y el mojito en una cena en el caribeño del Pastor Wilson. Pero esto sólo fue el comienzo (aunque ya no tuviéramos voz), ya que el sábado era el día de los calçots.

La lluvia no impidió que hiciéramos la barbacoa, aunque fuera en el salón mágico. Ese salón-comedor-dormitorio-sala de fiestas donde hubo de todo: familiares padovanos, amigos de México, gente de la kuadrila, griegos, amigos de amigos... hasta la policía. Fue como volver a La Mansión.

Al día siguiente, el sol nos llevó al Parc Güell, a pasear por Gracia mientras comíamos una piadina de Nutella y jugar al Risk. Para terminar, conocimos el entorno laboral de Juan: la parroquia con puerta de color rojo inglés, el bar de Pilar donde te preguntan hasta cuanto pan quieres para el bocadillo... Y la visita exprés al Laberint D'Horta.

Resumiendo: “Ha estado bien”.


Y el viaje de vuelta también tuvo lo suyo. Vi correr a Marwan por la estación de Sants, aunque no iba en chándal. En la estación de Lleida, subieron dos policías de paisano y me pidieron la documentación (eso me pasa por reírme de la gente a la que le ponen multa por no mear). La señora que estaba a mi vera en el bus, era de manual: me enseñó la foto de su nieta, en cada frase me soltaba un 'guapa' y de vez en cuando soltaba alguna frase sobre actualidad (el tiempo, Japón...). Y todo esto mientras sonaba en la radio un programa que mezclaba canciones de los 40 Principales y Radio Olé. Ahí queda eso...