La política se basa en el amiguismo (bueno, en el interés que otorgue esa amistad) y a veces esas amistades son peligrosas. Tristemente, el interés económico (maldigo el día en el que se dio valor a un puto papel) está por encima de toda ética, moral, sentido común y cargo de conciencia.
- Ahora somos amigos. Cambiamos armas por petróleo.
- Ahora eres el diablo. Mierda! Tengo un álbum entero con un dictador.
- Ahora entramos en tu país para poner orden y establecer la paz y la democracia. Ayudo a crear problemas para luego dar “soluciones”, qué buenos y superiores que somos.

Y con los problemas que tenemos aquí, no creo que estemos como para dar lecciones a nadie. Just my opinion.
3 comentarios:
si, el echo de que los que más armas venden sean ahora los que quieren traer la paz a mi también me genera mis dudas. oso onda vizcainon columna gaur, seguro nahiko ados eongo zeala beakin!
por cierto, listan asuntoakin zeoze in ber deu eh!
vale, se me ha colado en HECHO jajaja
Dan miedo las amistades peligrosas, más cuando se miran a los ojos con gafas de sol que reflejan para no poder ver bien los ojos...
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