Desde el Tintero

20 mar 2011

Amistades peligrosas

No creo en las armas, no son la solución, pero algunos aún creen en ellas. No soy experta en política internacional, a veces me cuesta entender los problemas cercanos, como para comprender los lejanos. Pero opinar es libre y deporte mundial, así que allá voy.

La política se basa en el amiguismo (bueno, en el interés que otorgue esa amistad) y a veces esas amistades son peligrosas. Tristemente, el interés económico (maldigo el día en el que se dio valor a un puto papel) está por encima de toda ética, moral, sentido común y cargo de conciencia.

- Ahora somos amigos. Cambiamos armas por petróleo.
- Ahora eres el diablo. Mierda! Tengo un álbum entero con un dictador.
- Ahora entramos en tu país para poner orden y establecer la paz y la democracia. Ayudo a crear problemas para luego dar “soluciones”, qué buenos y superiores que somos.

Aunque no lo creamos, nosotros podemos cambiar cosas, sí sí, de verdad. Vivimos en una “democracia”, esa forma de gobierno de la que tanto alardean, en la que nosotros (el pueblo) tenemos el poder. Nosotros elegimos a nuestros representantes, esos en los que delegamos nuestro derecho a decidir. Si no nos gusta la decisión, podemos incluso cambiar de representante. Ahora sólo falta creer en nosotros, creer en el cambio.

Y con los problemas que tenemos aquí, no creo que estemos como para dar lecciones a nadie. Just my opinion.

3 comentarios:

mai dijo...

si, el echo de que los que más armas venden sean ahora los que quieren traer la paz a mi también me genera mis dudas. oso onda vizcainon columna gaur, seguro nahiko ados eongo zeala beakin!

por cierto, listan asuntoakin zeoze in ber deu eh!

mai dijo...

vale, se me ha colado en HECHO jajaja

my little keyhole dijo...

Dan miedo las amistades peligrosas, más cuando se miran a los ojos con gafas de sol que reflejan para no poder ver bien los ojos...

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