Way down in the Hole

Nací en una ciudad llamada Baltimore. Crecí en las esquinas, donde las drogas dominaban la vida. Omar fue mi fiel amigo y juntos silbábamos por las calles. Fui a clase con Stringer, donde soñábamos con hacer grandes negocios. Conocimos a gente de otros países, sobre todo nos hicimos amigos de unos griegos con los que siempre quedábamos en el muelle. Entré en negocios turbios, pero gracias a un buen amigo, Bubbles, salí del hoyo.

Llegué a trabajar en homicidios, donde resolvía casos mientras hacía miniaturas de madera. Fumé un gran puro en cada escenario de crimen que cubrí, y cuando terminaba la jornada, me iba con mis colegas a beber whisky al lado de las vías del tren. Y al final del camino, cuando ya no tenía ni fuerzas para cambiar el mundo, me hicieron una gran fiesta en un pub irlandés, donde entre cánticos yacía mi cuerpo encima de una mesa verde de billar.



En simples palabras, The Wire, una serie totalmente recomendable.