Próxima estación: Madrid

Me he venido a vivir a Madrid. Muchos sabían, antes de saberlo yo, que terminaría en esta ciudad; y estaban en lo cierto. Decir que vienes a Madrid a estudiar en la Universidad Rey Juan Carlos en un pueblecito del País Vasco (aunque suene arcaico) tiene tela. Nadie me ha dicho nada malo, pero desgraciadamente Madrid tiene connotaciones bastante negativas en general, hablo de mi entorno, claro. Y ya la Universidad Rey Juan Carlos, ni te cuento.

Y es que hay gente que solo ha venido a Madrid para estar sentado en un banquillo frente a un juez, y claro, eso no trae nunca buenos recuerdos. Porque al fin y al cabo, lo que hace positiva o negativa nuestra actitud hacia un lugar, suele ser los recuerdos que nos trae a la mente simplemente el escuchar su nombre.

Incluso en el metro pasando por Bilbao acabas en Tribunal (es una exageración, no tomar en serio), luego se elige si es el Supremo o el Constitucional...

Pero dejando la política a un lado, suele haber otro argumento bastante recurrente sobre Madrid: el mar. ¿Y por qué no te vas a Barcelona, que también es una ciudad grande y tiene mar...? no me caben en la mano las veces que me han hecho esta pregunta. Sé que echaré de menor el mar, el sonido de las olas, ese olor... pero bueno, puede ser una buena razón (o excusa) para moverse a la costa.

Es verdad que solo llevo una semana aquí, pero me da buen rollo esta ciudad. Tiene vida, mucho movimiento y más de 5 días seguidos de sol, y eso se agradece. Ya os seguiré contando cómo va la experiencia, pero por ahora cuando escuche Madrid, se dibujará una sonrisa en mi cara.